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Se dice que hay problemas peores que los que pasa normalmente y es inútil abrumarse por ellas porque tienen solución. Parece muy egoísta ese dicho, por más cierto que sea, pero no todos saben encontrar esa solución, tal vez unos vayan en busca de ayuda y si la ayuda no sirve sigue buscando y si insiste tanto hasta que no puede se desespera y toma decisiones bruscas o total sigue como si nada. Cuando pienso en esto me baso en los principios, porque lo llevamos desde que nuestros padres o tutores nos han enseñado. También me baso en la personalidad y el carácter, no sé si estoy equivocada, no soy experta en estudiar la mente humana, como siempre digo es mi opinión.
Al grano...
Mi asunto es:
Como tengo una familia con una costumbre que incluye la diligencia que exige sin piedad. En Panamá hay un caso muy peculiar, los chinos inmigrantes, vienen de hogares humildes, entonces por su estado económico vienen a ciertos países donde obtienen fácilmente un trabajo que les dé una posición económica donde puedan comer a gusto, les salve de los gastos, impuestos y otras cosas que pagar. Bueno, no los culpen, hay otros tipos de inmigrantes que lo hacen, pero nada que ver con que de dónde vinieron, sino por qué y para qué vinieron, son tristes necesidades las que nos hacen esclavos del triste sistema en que vivimos.
Entonces los chinos principalmente empiezan trabajando como empleados de otros chinos, reciben su salario lo ahorran muy bien y cuando tienen lo suficiente para comprar un negocio que comúnmente trabajan muchos chinos en Panamá como tiendas, panaderías, lavanderías, ferreterías, distribuidoras, entre otros. Trabajan sin parar, no salen de ese lugar, a excepción de los que tienen suficiente dinero para no trabajar los domingos, hay chinos que trabajan todos los días de la semana, no salen del trabajo, de la casa para ir a pasear a un lugar, divertirse, ellos no tienen nada que hacer, solo trabajar. Para colmo cuando tienen a sus hijos los obliga a trabajar en sus negocios, los acostumbran para que hagan algo por ellos y ahorrarles el esfuerzo de ellos. Hacen sacrificios por el tiempo que dedican, por la educación que pagan para sus hijos, para mantenerlos, pero sucede que son muchos de ellos que hacen lo mismo pero también son muchos que no cumplen con lo más importante: la formación ética y moral. Creo que no lo hacen por ignorancia o por ser incultos que incluye ciertas razones.
Esto me sucede a mi, desde pequeña yo no trabajaba hasta los 10 años, porque jamás me obligaron a hacerlo, no formaron ese hábito en mi, me habrán dicho que debo respetar a los mayores, a no decir palabras sucias, pero nada más. Solo me decían, Rosita vamos a tal lugar vístete, ¿qué quieres de comer, de tomar?, pero jamás me dirigían lecciones, no me enseñaron mucho, no me mostraron el mundo, sin embargo no los culpo, son inocentes de no haberme llenado de enseñanzas, hoy gracias a Dios puedo aprender lo que no me mostraron.
Así que desde los 10 años empezaba a trabajar incondicionalmente sin importar el esfuerzo. Desde que comencé mi pubertad tuve mi primera computadora, me hice adicta al Internet, no trabajaba, aún así me obligaban, me regañaban, me decían floja. Ok, floja, está bien, yo tenía una necesidad para saciar y es la de entretenerme. Yo no podía salir al cine, a las fiestas de 15 años, a las giras escolares, me protegían a otro nivel. Por eso mi computadora y el Internet eran mis consuelos y compañeros.
Hoy tengo 16 años, para ellos soy tan grande que debería ayudar en el trabajo, tengo que cuidar a mis sobrinos "sin descansar", ¿tengo que trabajar todos los días?, ¿hacerme esclava del cansancio y no disfrutar ni un momento mi vida?, en mi entrada ENCOLERIZADA relato que nada puedo hacer y la palabra "nada" predomina en el texto. En estas vacaciones escolares, mi intención es ayudar en el negocio porque ellos lo necesitan(el negocio es de mi hermano). Mi intención también es hacer algo productivo para mi: leer, aprender, planear, pasarla bien.
El acontecimiento presente que vivo ahora son los insultos y otras faltas de respeto por los que ellos llaman "mi flojera", entonces ayudo pero para nada les sirve que yo ayude porque todo lo hago mal, dicen que no sé atender en la caja y soy la cajera más paciente y tratable que hayan visto cientos de clientes de ese local comercial, solo soy sincera. Me mandan a cuidar a mis sobrinos y dicen que tampoco sé cuidarlos. Bueno, ahí empiezan los sermones de que no sé hacer nada, que no sirvo para nada, que no tendré futuro y que soy una bruta(mi familia no conoce mi lado intelectual, solo el lado mecánico). Lo peor de los peor, me dan el peor consejo: cásate con un millonario para que no tengas que hacer nada. Ja ja, qué mal chiste.
Toda mi familia me desprecia porque yo me desvié de sus costumbres y porque soy diferente. Puedo ser fría, puedo ser callada, pero ellos jamás me preguntaron por mis lágrimas, solo dicen cuánto sufrieron de que la vida es dura y hay que hacer sacrificios a la hora de trabajar, por Dios, QUIÉN NO.
Yo también pasaré por sus etapas, pero no en un local encerrada, quiero ser profesional.
Yo pasaré por sus etapas, trabajando. Pero hoy he pasado por una depresión grandísima, sus formas despectivas de dirigirse hacia mi, sus comentarios y mis oídos que no toleran son el resultado de las aguas saladas que recorren mis mejillas sin parar.