Hace mucho tiempo cuando empezaba mi pubertad, desarrollaba un punto de vista abierto que no solo enfocaba una posibilidad por la que puede suceder un conflicto o un milagro, sino siempre pensaba que existen muchas maneras de llegar a un sitio.
Yo era así, todo lo quise comprender, a todo quería buscarle una solución y lo lograba, encontraba paz, la razón por la que no tenía que desatar mi ira, le era fiel a la prudencia y hoy solo actúo por impulso.
Ya me cansé de ser abusada por el mal y hoy soy parte de él porque le doy placer cuando estoy desesperada, cuando grito con furia y cuando insulto a los que no quieren entender ni les importa un pío lo que le suceda a su alrededor y solo sus propios antojos.
Estoy ya harta de querer hacerles a los demás entender por qué no debemos hacer aquello o lo otro, aquí en este mundo no todos quieren entender, ya no existen las esperanzas, se han muerto para muchos, para mi todavía las hay pero me preocupa que ya se hayan esparcido después de su exhumación. ¿Cómo la reviviremos de las cenizas perdidas? ¿Cuál será el día en que todos despierten?
Bajo el sol, exhaustos, esperemos...
