Esta es una de las afirmaciones que he escrito en mi primera entrada de este blog, tenebroso e inerte por lo solitario que está, aunque para mi sigue vivo por esas palabras que forman un llamado al mundo, un auxilio sin consuelo apesar de tener compañía. Gracias a mis lectores por sus comentarios y a dos personas en especial (Ed y BellaRagazza).
Desde que tuve la facultad de reflexionar con cierta profundidad, consideré que la educación es indirectamente nuestra formación, el pincel que pinta nuestros futuros pensamientos y actitudes, sobre todo en el hogar en el que crecimos. No soy psicóloga, no tengo ni una especialidad en situaciones de tipo social o algo parecido. Mi objetivo como siempre es expresar mi punto de vista y compartir lo que he leído.
Un niño en su crecimiento, desarrollo y demás adquiere el 10% de lo que sus tutores le enseñan verbalmente, eso quiere decir que el 90% lo aprenden a través de lo que aprecian con sus ojos y sus oídos. Es increíble saber que las palabras no son lecciones suficientes para que un individuo aprenda. ¿Para qué pretender que un niño siga indicaciones si el padre no las hace? Se les instruye que mentir no es parte de los buenos actos y ¿acaso si uno no duerme temprano se lo lleva la bruja? Esto es un ejemplo sobre una egoísta forma de ahorrarse la molestia de soportar las insistencias de una criatura.
Hay que esmerarse por disciplinar de la manera que los guíen a ser buenos ciudadanos. La clave para esto es el amor, empezando por uno mismo y luego hacia los demás.
Si todos conocieramos la verdadera esencia de un amor real sin condiciones, la humanidad estaría unida por una sola razón.
"Si la familia se corrompe, la sociedad, el país, el mundo entero se corrompe."
Carlos Cuauhtémoc